jueves, 28 de julio de 2011

"la cura para el dolor"

una canción bien tocada

es capaz de prender las llamas del astro que crepita a lo lejos
y hacer que lo soleado incinere las aceras de las ciudades
y giman los saxofones que son santos como grita siempre allen en el aullido
y se contorneen las sombras
cuando hay palomas en las plazas
y catedrales viejas
con relojes antiguos
y hombres rudos prendiendo cigarrillos (pitando su arte o su pensamiento) y abrigados con sacos negros
por debajo los jeans y unos zapatos
la cháchara humana
el zumbido del trafico
y derrepente
es posible que caiga un rayo seco que genere un flash enceguecedor
que fotografíe al día
las sombras suspendidas
bandadas de palomas justo volando
el trafico detenido
y los lindos filosofos hundidos en el tema de la estética
una una hora un minuto un segundo
y todo es arte derrepente
la vida misma
consigue la inmortalidad



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