viernes, 19 de octubre de 2012
oldies
en el olor de los libros
reside una nariz encajonada
el aliento tibio, levemente fétido por la mañana
y una mirada lenta que se descascara de placer
que revolea las pupìlas, dejando solo el blanco
blanco como él
la piel es suave al contacto con el papel añejo, reseco, fino, áspero, en un amarillo que se impregna y se arrastra
todo calla, porque las letras ordenadas sublimemente son la paz del alma
ni una palabra propagandística, ni una inútil, ni una codicia, ni una perturbación
narrativa que me libra de los espasmos..que me trae la nada corporal.. la comodidad perfecta y liviana
te toco: libro; te palpo, te recorro, te huelo, te muerdo, te veo, te leo...
la desolación en vida es extraña
la desolación siempre es extraña
nunca te olvides de vos
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