sábado, 3 de julio de 2010

El inevitable rostro.


De las infinitas posibilidades.
No. Mi semblante es diurno, oscuro hoy, presentandose apagado, encajonado.
No. El ceño fruncido, involuntario, insoportable, como escupido.
La hoja de la planta que me acompaña en este instante es una lágrima seca, es un color amarillo tosco.
Las impregnaciones de los modelos externos, son necesarios y me maravillan con sus resultados concluyentes en novedad.
Así! Ahora, un mundo oscuro sin humedad.

El barrio, el balcón manchado de moho, un cielo bajo, nuboso, acojedor.
Una casa con plantas y flores en los rincones, y las ventanas!!
El techado de la arboleda , los vecinos.
Es una fina linea que se introduce por mi sien, como niños jugando y señoras limpiando los hogares mientras los pajaros se posan cantando.

Gris enredadera.
El silencio esta compuesto de los sonidos de la realidad. No la musica. La realidad. Con una pizca de imaginación y olor a pinocha quemada.
Que agrado.

Otoño.
Son necesarios a veces los abismos, la seguridad bañada de inseguridades, la estufa a leña y los límites, las rutinas. La vida antigua, la vida eterna.
Con estas palabras y el esfuerzo de apoco se afloja esa lágrima seca propicia ala caida, propia de la estación. Para que luego yo ruede alegre sobre ella.
Así es como los seres procesan, cambian
Así es como mi expresion poco a poco transmuta.



M.D.E

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